La tendencia mundial en redes móviles es el uso de tecnologías de tercera generación (3G), que permiten ofrecer servicios de datos de alta velocidad. Las redes 3G desplegadas actualmente están basadas en su mayoría en el estándar HSDPA (High Speed Downlink Packet Access), y alcanzan velocidades teóricas de 14.4 Mbps, lo cual permite la prestación de servicios de datos móviles, tales como acceso a Internet, correo electrónico, descarga de música y video, televisión, entre otros.
En segunda medida, el precio del servicio jugará un papel crítico en la masificación. Se prevé que los operadores móviles, mediante la oferta de tarifas planas y otras promociones, busquen que sus usuarios cambien de esquemas prepago a pospago y que hagan uso de servicios móviles avanzados, de tal suerte que puedan lograr la maximización del ARPU (ingreso promedio por usuario).
Como tercer factor puede señalarse la variedad de contenidos que el operador pueda brindarle a sus usuarios. Se trata de que el operador móvil no sea simplemente un proveedor de servicio, sino que tenga ofertas integrales que incluyan desde el propio terminal, hasta ofertas de voz, datos a alta velocidad y contenidos atractivos.
Las anteriores restricciones dejan en desventaja, por ahora, a los operadores móviles frente a los fijos, quienes continúan con la evolución de sus infraestructuras de acceso hacia esquemas híbridos de fibra óptica, permitiendo que la velocidad ofrecida al usuario final se incremente de manera importante y sin las restricciones ya mencionadas.
Se espera que el resultado de la combinación de los factores anteriormente descritos y el ritmo de adopción de los servicios en cada mercado, les permita a los operadores móviles entrar a competir en el mercado de acceso a Internet, aunque con ciertas restricciones que los operadores fijos no experimentan.
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